Países desarrollados no plantean cómo reducirán emisiones de gases contaminantes

07 de diciembre de 2010

Cancún, QR, 6 de diciembre. La situación en Cancún es preocupante. El elemento central de las negociaciones de la 16 cumbre de Naciones Unidas sobre cambio climático no se ha abordado. El reloj corre y a cinco días de la terminación del encuentro no se han discutido los compromisos de los países desarrollados para reducir los gases de efecto invernadero que emiten.

Aún no hay compromiso alguno para elaborar la propuesta sobre los mecanismos de cumplimiento de los compromisos de Kyoto. El G-77 propone que se reduzcan las emisiones de bióxido de carbono entre 40 y 50 por ciento de aquí a 2020. Pero Estados Unidos habla de bajarlas apenas 3 por ciento. Eso significa, según Pablo Solón, representante de Bolivia ante la ONU, un incremento de la temperatura del planeta de más de cuatro grados centígrados. Una tragedia. Si actualmente mueren 300 mil personas al año por culpa del cambio climático, la iniciativa de Washington significará el fallecimiento de un millón, dijo.
Este lunes fue día de posicionamientos en Cancún. A punto de que la COP 16 entre en su segunda y última fase, la de las negociaciones a fondo, los representantes de diversos países y bloques de naciones se dedicaron a fijar su punto de vista sobre los dos documentos de los grupos de trabajo hechos públicos, o sobre aspectos clave de éstos. Las conferencias de prensa fueron numerosas. Así lo hicieron, entre otros, Bolivia y el G-77, la Unión Europea y Estados Unidos.
Fue, también, el día en el que la ofensiva cosmética para presentar a México como un país sustentable, y a su gobierno como preocupado por el medio ambiente, escaló hasta extremos nunca vistos. Felipe Calderón se vistió de verde y se placeó por Cancún ondeando la bandera de la ecología... y de los negocios.
El desacuerdo sobre el acuerdo
Durante la primera fase de conversaciones en Cancún se elaboraron dos documentos técnicos y otros dos surgidos de los grupos de trabajo, para dar continuidad al proceso de negociación.
Teóricamente, los dos documentos de los grupos de trabajo, uno sobre cooperación a largo plazo (divulgado el pasado sábado) y el otro sobre el Protocolo de Kyoto (difundido el domingo), deben servir como marco de referencia para las negociaciones de alto nivel que culminarán este viernes, en las que participarán jefes de Estado o gobierno y ministros de varias carteras. Teóricamente, porque los textos fueron fuertemente objetados por el G-7 y Bolivia.
El primero, redactado por la presidenta de ese mecanismo, Margaret Mukahanana, fue calificado por el embajador Solón de desbalanceado. Señaló que dejó fuera cuestiones sustantivas acordadas en la reunión de las partes celebrada en octubre pasado en China.
Granada, en nombre de la Alianza de los Pequeños Estados Insulares, expresó su desacuerdo con el material por considerarlo carente de ambición suficiente para la protección urgente que necesitan las islas debido a los efectos del calentamiento global.
Tajikistán, portavoz del grupo de estados montañosos, expresó su inquietud por los desequilibrios y las incongruencias de algunas partes del compendio.
El documento de Mukahanana ignoró las propuestas de multitud de países sobre las opciones para limitar el crecimiento de la temperatura. Eliminó el acuerdo tomado entre las partes en China sobre la necesidad de que en toda acción relativa al cambio climático se garanticen los derechos humanos. Suprimió cualquier relación a la guerra y la industria bélica y la generación de gases de efecto invernadero. Abrió la posibilidad de remplazar el Procolo de Kyoto, objetivo de los países industrializados, a pesar de que no se vino a Cancún a negociar la continuidad de un segundo periodo del mismo. Buscó presentar como un acuerdo el lanzamiento de nuevos mecanismos de mercado de carbono.
Por lo anterior, el G-77 no está dispuesto a que la última fase de las negociaciones de la conferencia se realice a partir de esos documentos. Varias naciones del bloque ni siquiera están dispuestas a aceptarlos como insumos. El punto de la discusión tendrá que ser el acuerdo pactado por las partes en octubre en China.
Este martes marcharán miles de personas por las calles de esta ciudad exigiendo que los países desarrollados limiten sus emisiones de gases de efecto invernadero. Y, el día 9, Vía Campesina organizará una reunión de movimientos sociales con el presidente Evo Morales, fundador de la organización agraria.
El maquillaje verde
Todo en Cancún está maquillado para parecer verde. Los delegados no se transportan en automóviles, sino en vehículos con letreros que dicen: por un aire limpio, este autobús consume biocombustible, cuando no hay ninguna relación entre los agrocarburantes y la limpieza del aire y, por el contrario, diversos estudios muestran que en su elaboración se invierte más energía de la que proporciona.
Como si fuera un Monumento a la Energía Desconocida, el pasado 24 de noviembre empezó a funcionar en la ciudad una planta que produce, según el superintendente de la zona Cancún de la Comisión Federal de Electricidad, Gerardo Castañeda Adame, 800 kilovatios por hora. Tuvo un costo de 3 millones de dólares. Solitaria, es la única que se levantó.
La Villa del Cambio Climático, con frecuencia vacía, aloja pabellones del gobierno y de empresas como Banamex, Honda, Mitsubichi y CNN en español, todas muy ecologistas.
Aunque el lugar está usualmente vacío, hay un enorme escenario para shows. Y, ¡guau!, allí, la cantante Filippa Giordano interpretó música para abrir el corazón, y el mismo Alex Lora, quien toca sus rolas en los mítines panistas, se disfrazó de Bono e invitó a cuidar el planeta. Bueno, hasta los espectaculares son ahora ecológicos. La Nissan anuncia en ellos su nuevo modelo Leaf, ciento por ciento sin emisiones.
Por supuesto, Calderón no podía ser menos. Vestido para la ocasión, se trepó a un automóvil eléctrico, durante una exhibición en la colonia Unión. Incansable, anunció el programa Luz Sustentable, mediante el cual se propone cambiar 47 millones de focos incandescentes por lámparas ahorradoras. Además, advirtió que todas las hipotecas que otorga el Infonavit a partir del próximo año deberán ser verdes, esto es, orientadas al uso de tecnologías ahorradoras de energía y agua.
Poco de eso quedará en Cancún cuando la Conferencia concluya. México, se sabe, es la nación del maquillaje modernizador. Nuestros políticos son expertos en inaugurar obras que no se han concluido. Esta cumbre no es la excepción. Mientras el país está ecológicamente devastado y se ofrece a las grandes empresas una desregulación ambiental de facto, en la conferencia sobre cambio climático se presenta como territorio verde y sustentable. Cosas de la política cosmética.