El derecho en México es insuficiente para arreglar problemas sociales: López Bárcenas

El abogado e historiador presenta su reciente libro ¡La tierra no se vende!...

Hermann Bellinghausen califica a la publicación de manual de sobrevivencia legal

Ángel Vargas

Periódico La Jornada

Domingo 6 de diciembre de 2015, p. 4

De acuerdo con el abogado e historiador Francisco López Bárcenas, especialista en temáticas indígenas, el derecho resulta insuficiente en México para arreglar problemáticas sociales.

“Aunque creo en el derecho, no creo que éste por sí solo pueda resolver los problemas, hay que saber cómo moverlo”, subrayó el también investigador y colaborador de La Jornada.

“Con esto quiero decir que necesitamos organizar a la gente; necesitamos otros instrumentos, como la denuncia pública, la movilización, el cabildeo, cosas de ésas que el pueblo sabe hacer muy bien.”

Durante la presentación de su libro ¡La tierra no se vende!: las tierras y los territorios de los pueblos indígenas de México, efectuada la noche del viernes, en la Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles, López Bárcenas subrayó que el derecho puede ayudar a encarar las luchas en mejores condiciones.

“Una lucha muy poderosa políticamente, muy bien articulada, sin el derecho puede llevar al fracaso; o al revés, una lucha jurídicamente bien argumentada, sin movilización, puede conducir a la derrota. Hay muchos ejemplos que hablan de ambos aspectos”.

En su turno, el periodista y poeta Hermann Bellinghausen, colaborador también de La Jornada, resaltó que México vive una revolución de los pueblos y comunidades indígenas muy significativa, aunque la conciencia nacional no se dé cuenta.

Afirmó que si no fuera por la resistencia que ellos oponen, el resto de la sociedad mexicana ya hubiera sido arrasada por aquellos que detentan el poder.

“En el horizonte indígena es donde adquieren mayor sentido casi todos los verdaderos problemas que tiene México, donde tienen más realidad las cosas”, consideró.

“Cualquier tema que hablemos, como la reforma energética, los derechos humanos, el territorio o la soberanía, todo eso, si alguien lo vive y lo entiende en carne propia son los pueblos y comunidades indígenas”.

Del libro ¡La tierra no se vende!, el director del suplemento Ojarasca, que publica este diario, sostuvo que se trata de “un manual de sobrevivencia legal”.

Lo anterior, explicó, debido a que muestra caminos y maneras para que los pueblos originarios puedan defenderse por la vía legal del despojo de sus tierras y territorios del que son víctimas a manos de empresas estatales y multinacionales.

“Es un libro sobre cómo entrarle a toda esa maraña que se ha creado, sobre todo en estos años, para impedir que los pueblos indígenas defiendan sus derechos y accedan a lo que tienen derecho”.

Hermann Bellinghausen reconoció el trabajo de López Bárcenas y afirmó que el mismo aborda diversas temáticas que, en realidad, están circunscritas a una más grande: la de las luchas y el resurgimiento de los pueblos indígenas en México.

Este resurgimiento es un hecho histórico del cual, a pesar de lo que hemos visto en las décadas más recientes, la mayoría de la sociedad no es consciente, sostuvo.

Por su parte, el juez federal Benjamín Rubio apuntó, en consonancia con lo que expone el autor en el libro, que desde la óptica indígena la tierra no es una simple mercancía.

“Es la madre –explicó–, la que dio vida, la que dio manutención a la familia, donde se forjó una historia y donde indefectiblemente siempre queremos volver, vivos o muertos. Hay que defenderla.”

Subrayó, además, que en el pasado de nuestra nación la defensa de la tierra se hizo por medio de la resistencia armada y que hoy puede defenderse de manera diferente y en otros escenarios.

Esto es, precisó, “a través de medios jurídicos y en otro campo, los tribunales, donde por lo menos en la letra estamos igual. incluso frente al desigual”.

Describió a ¡La tierra no se vende! como “una propuesta de defensa jurídica del más débil frente a los más fuertes, una propuesta que parte de la formulación de un lenguaje jurídico que permite entender los temas en conflicto, a efecto de abandonar la calle e ir a pelear a los tribunales”.

Al final del acto, se recordó con un minuto de silencio y luego de aplausos al antropólogo y activista social Eugenio Bermejillo, fallecido el pasado 15 de noviembre, y se rindió homenaje a los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos, con un conteo en voz alta hasta ese número y el grito de ¡justicia!

http://www.jornada.unam.mx/2015/12/06/cultura/a04n1cul