Premian medidas contra soya y maíz transgénicos

Carlos Águila Arreola y Angélica Enciso L.

Corresponsal y enviada

Periódico La Jornada

Lunes 19 de diciembre de 2016, p. 37

Cancún, QR.

La Coalición contra la Biopiratería otorgó el premio A la Defensa Legal más Creativa al Consejo Regional Indígena Maya de Bacalar, por detener la siembra de soya transgénica en miles de hectáreas; al mismo tiempo, al Tribunal Permanente de los Pueblos-México por su sentencia en favor de la prohibición total de maíz adulterado en el país.

En el contexto de la 13 Conferencia de las Partes (COP 13), que concluyó ayer, la red de organizaciones civiles, que premia anualmente a individuos, corporaciones y gobiernos que cometen biopiratería o que luchan contra ésta, acusó que se trata de la monopolización de recursos genéticos.

El Consejo Regional Indígena Maya es un colectivo que incluye la Escuela de Agroecología del municipio de Bacalar y a los apicultores de la Sociedad de Producción Rural Kabi Habin, que recibe el nombre por extraer miel de la flor del árbol habin.

En conjunto, la agrupación logró que se detuviera la siembra de soya transgénica en miles de hectáreas de la región, e incluso ha luchado por otros estados, como Campeche, de acuerdo con Verónica Villa Arias, de ETC Group, colectivo dedicado a la conservación de la diversidad cultural y ecológica.

“Los reconocemos porque están promoviendo una estrategia legal y muy novedosa al rechazar que los consulten con la finalidad de dar legitimidad a proyectos, ya que sólo los usan como parte de una estrategia”, explicó.

A la distinción se sumó el Tribunal Permanente de los Pueblos, sección México, que sentenció en favor para la prohibición de la siembra de maíz transgénico en el país, porque “es un crimen contra la humanidad y la civilización”.

En diciembre de 2014, el organismo no gubernamental llamó al gobierno mexicano a prohibir la siembra del grano genéticamente modificado, tomando en consideración que es uno de los tres principales cereales que alimentan al mundo.

Por otra parte, durante los trabajos de la COP 13 de la Convención de Diversidad Biológica (CDB), se acordó abrir un grupo de trabajo que, en principio, defina conceptos y términos para evaluar el alcance del uso de la información digital sobre las secuencias.

Ello, luego de que se refirió que la secuencia genética de una variedad de maíz criollo, una planta comestible o de cualquier especie se puede poner en Internet, algún laboratorio puede tomarla y reproducirla. A esto se le puede llamar biopiratería y aún no está regulado. Hay información digital sobre millones de secuencias genéticas de especies en todo el mundo.

Hesiquio Benítez, de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad e integrante de la delegación mexicana, en entrevista mencionó que “una vez que se trabajan recursos genéticos y hay permisos de las comunidades y países, y esas especies son secuenciadas y se utilizan en forma electrónica para ser trabajadas en los laboratorios, ¿cuáles son las medidas para regularlas? Se debe explorar cuáles son las condiciones de los derechos de propiedad, cómo se va a hacer el reparto de beneficios a las comunidades y a los países”.

http://www.jornada.unam.mx/2016/12/19/sociedad/037n2soc