Pierde Michoacán 65 mil hectáreas de bosque por la siembra del aguacate

Grave impacto ambiental

Ernesto Martínez Elorriaga

Corresponsal

Periódico La Jornada
Domingo 10 de marzo de 2019, p. 24

Morelia, Mich., En los pasados 18 años, Michoacán perdió unas 65 mil hectáreas de bosque por el cambio de uso de suelo para el cultivo de aguacate, lo que ha ocasionado un grave impacto en el medio ambiente, advierten especialistas.

Ricardo Luna García, titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático (Semarnacc) del estado, refirió que en los recientes cuatro años se desbordó el cultivo del llamado oro verde, por las ganancias que se obtienen: ingresos anuales por 33 mil 848 millones pesos.

En 1930, en territorio michoacano habían sembradas unas 2 mil hectáreas de aguacate; en 1970; aumentó a 20 mil; en 2000, se elevó a 100 mil hectáreas. Para 2010 ya eran 151 mil y, según estimaciones de la Secretaría de Economía federal, actualmente son al menos 165 mil hectáreas.

Luna García mencionó que en 20 años no se ha otorgado ningún permiso de cambio de uso de suelo para aguacate por parte de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); no obstante, en las pasadas dos décadas se perdió una cubierta forestal de arbustos y arbolada de más de un millón de hectáreas.

Los motivos de la pérdida de recursos forestales, explicó, son principalmente la tala clandestina e incendios forestales. De estos últimos, se estima que 90 por ciento son provocados por sujetos que buscan justificar el cambio de uso de suelo para actividades agrícolas.

Las regiones forestales más afectadas por el cultivo de aguacate son de la zona centro que abarca municipios como Uruapan, Pátzcuaro, Ario de Rosales, Ziracuaretiro, Tancítaro, Salvador Escalante, entre otros.

Localidades como Zacán, Peribán y Los Reyes, en la región purépecha, han sido también de las más perjudicadas. Lo mismo que la región oriente, sobre todo Zitácuaro, y en menor medida Áporo y Senguío.

Las poblaciones de la Meseta Purépecha, Cañada de los Once Pueblos, y las de la sierra de Tangancícuaro y Los Reyes, han perdido más de 60 por ciento de sus bosques.

Desde hace más de siete décadas localidades como Tingambato, Nahuatzen, Paracho, Cherán y Charapan se han visto afectadas con la tala clandestina y la extracción de recursos forestales para la elaboración de artesanías, muebles y producción de madera.

El cultivo de aguacate en Michoacán es una actividad en la que participan 7 mil 500 productores; genera 12 mil empleos de cortadores y dos mil de transportistas.

De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México, campus Morelia, 88 por ciento de los productores de Michoacán ocasionan diversos problemas de contaminación, de regulares a severos, asociados con erosión por tipo de cultivo, daño a mantos acuíferos por agotamiento y contaminación por uso de pesticidas.

México produce un tercio del aguacate disponible en el mundo y de esta producción, 80 por ciento proviene de Michoacán; tan sólo en el periodo 2015-2018 se exportó a Estados Unidos casi un millón de toneladas, según la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Aguacate de México AC.

Sin embargo, la expansión desmedida del cultivo de aguacate ha tenido un grave impacto en el medio ambiente, expuso Alberto Gómez Tagle Chávez, investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

Planteó las afectaciones por la gran cantidad de agua que requiere este cultivo, el cambio de uso de suelo, la erosión por la tala inmoderada. “Una hectárea de aguacate con 156 árboles consume 1.6 veces más agua que la de bosque con 677 arbustos por hectárea", subraya.

El problema es claro: para sembrar aguacate hay que derribar árboles de pino. Las aguacateras no sólo demandan un gran volumen de agua sino que la estructura de sus ramas y raíces impide la infiltración preferencial del agua al subsuelo, lo que interrumpe el ciclo hidrológico, destacó.

https://www.jornada.com.mx/2019/03/10/estados/024n1est#