El libre comercio fue vendido a los mexicanos como la vía corta a la modernidad. Si México firmaba un acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá, se dijo durante el gobierno de Carlos Salinas, se cerrarían las grandes brechas salariales y de estándares de vida entre nuestro país y nuestros vecinos del norte, y ya no habría razones para emigrar a Estados Unidos. Poco importaba el precio que tuviera que pagarse para alcanzar la meta. Nuestra prosperidad como nación, la modernización de su planta productiva, dependía de la formación del bloque económico.