Alguien tuvo una idea: si el problema no podía resolverse había que cambiarle de nombre. Si la guerra en Chiapas no podía resolverse había que decir que no existía. La idea es, a partir de 1999, tesis oficial del gobierno mexicano. Así lo indicó el presidente Ernesto Zedillo al cuerpo diplomático el pasado 5 de enero, y así lo repiten desde entonces los funcionarios gubernamentales. Así lo dirán embajadores y cónsules en el extranjero. Lo que se busca, completó el secretario de Gobernación, no es la paz, sino la solución del conflicto.