La irrupción del Ejército Popular Revolucionario (EPR) el pasado 28 de junio modifica y complica el tablero político nacional. De un solo golpe, modifica la situación en el estado de Guerrero, afecta el proceso de pacificación en Chiapas, permite que el Ejército federal desempeñe un papel más relevante en la conducción del país y acrecienta la sensación de incertidumbre política.