El 14 de mayo pasado, Estados Unidos anunció que iniciaba una demanda contra la Unión Europea, en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC), para forzarla a aceptar la importación de productos transgénicos. La demanda fue presentada en conjunto con Canadá, Argentina y Egipto (juntos responden por 96 por ciento de la producción mundial de transgénicos), con el apoyo de México, Chile, Colombia, El Salvador, Honduras, Perú, Uruguay, Australia y Nueva Zelanda.